Este acto, celebrado en Patio de la Infanta, ha congregado a más de un centenar de entidades sociales y ha estado presidido por el director general de Fundación Ibercaja, José Luis Rodrigo Escrig, y el presidente de Fundación Caja Inmaculada, Juan Álvarez Aranaz.
Teresa Soro, gerente de Fundación Picarral durante más de dos décadas y una de las artífices de su creación y consolidación, fue elegida como persona de reconocido prestigio dentro del sector de la intervención social aragonés para dirigirse a todas las personas y entidades participantes en el acto de firma de los convenios entre entidades sociales y las Fundaciones Ibercaja y Caja Inmaculada.
En su discurso recordó que la procedencia de buena parte de las entidades sociales puede situarse en movimientos vecinales, asociativos y ciudadanos que, llegado un determinado momento, “se plantearon la creación y gestión de proyectos sociales, asumiendo honestamente responsabilidades para dar respuesta a necesidades sociales detectadas” y que, a día de hoy, “siguen velando por el cumplimiento de los fines para los que fueron creados”, basando su trabajo en “el respeto a la persona, su dignidad, autonomía y procesos personales”.
A pesar de ello, reconoció con cierto pesar que preferiría que estas entidades sociales no existiesen, “porque estaríamos en una sociedad más justa e igualitaria en la que no fuésemos necesarias”. En este sentido, mostró claramente el vínculo entre la intervención o acción social no sólo con necesidades sociales, sino con ofrecer posibilidades para el ejercicio de una ciudadanía plena a todas las personas. De este modo, remarcó la importancia de vincular esa acción social “a los derechos sociales que, como ciudadanos y ciudadanas, tenemos” y valorando como muy importante el compromiso de las entidades sociales con la ciudanía, “especialmente hacia las personas más vulnerables, a las que tratamos de dar respuesta con honestidad, respeto, transparencia, credibilidad, participación y eficiencia”.
Precisamente, según lo expuesto por Teresa Soro, rasgos definitorios de las entidades sociales o del tercer sector, como la credibilidad y confianza que la sociedad deposita en ellas, está ligado al mantenimiento de ese elemento diferenciador que es una apuesta decidida y compromiso firme con unos valores sociales transformadores y ciudadanos. Junto a ello, buena parte de esa credibilidad –reconocía– se han ido ganando en el día a día, con “el conocimiento, la cercanía, el trabajo bien hecho y los resultados”.
Esa valoración positiva es compartida por entidades financiadoras, lo que se ha expresado en la confianza deposita en esos proyectos sociales impulsados inicialmente por movimientos ciudadano. En el caso de la relación entre la Fundación Picarral y las Fundación Ibercaja y Fundación Caja Inmaculada, recordó que esa relación de colaboración y confianza arrancó en el ya lejano 1994. De este modo, la exgerente de Fundación Picarral ha destacado la importancia de crear y mantener relaciones de cooperación entre entidades sociales y entidades financiadoras, como Fundación Ibercaja y Fundación Caja Inmaculada; no sólo por cuantía económica ofrecida o la cantidad de proyectos sociales a los que apoyan, sino por “algo no menos importante, como es la cantidad de años que se viene dando esta colaboración (…), que nos ayuda a dar viabilidad a muchos proyectos sociales”.
En su intervención, Teresa Soro también tuvo palabras para rememorar las condiciones de enorme precariedad con las que empezábamos muchas entidades y que, en la actualidad, han mejorado, gracias a la participación, la horizontalidad y el trabajo en redes, así como la capacidad de las plantillas y voluntariado que, además de trabajo profesional, cuentan con el “el valor añadido que supone su sensibilidad, compromiso y motivación”.
Finalizó su intervención destacando la eficacia que supone el trabajo en red entre las entidades sociales, financiadores y administraciones públicas. En ese sentido y para terminar, se dirigió a los representantes de las fundaciones financiadoras diciendo: “aprovechando que estoy en un banco, me permito transmitir que hoy se está haciendo una buena inversión. Inversión en personas, que son el mayor patrimonio que tiene esta tierra.”
En la convocatoria 2019 de proyectos sociales de Fundación Ibercaja y Fundación Caja Inmaculada se han seleccionado en la provincia de Zaragoza un total de 134 proyectos, mientras que han sido 321 los proyectos seleccionados en total en otras comunidades. Todos estos proyectos comparten el objetivo de responder a necesidades sociales, apoyándose intervenciones de acción social, empleabilidad y educación encaminados al desarrollo de las personas. José Luis Rodrigo Escrig, director general de Fundación Ibercaja, describió el acto como “uno de los actos que mejor define la razón de nuestra existencia: la ayuda a los más desfavorecidos”. Por su parte, Juan Álvarez Aranaz, presidente de Fundación Caja Inmaculada, reforzó esa idea, destacando esa labor conjunta que se hace en Aragón “para atender las necesidades y problemas que afectan a todos los aragoneses, como es la erradicación de la pobreza y la lucha contra las desigualdades·.